Los Otros Mercados

Cuando arriendas un departamento que está vacío, tienes que pensar en invertir una buena porción de tus ingresos en todas esas implementaciones que hacen que ese espacio se habitable, seguro, cómodo y estiloso, de acuerdo a la identidad que quieres proyectar en esos espacios.

Personalmente, estaba acostumbrado a adquirir todos estos bienes en lugares que te ofrecieran una cierta confiabilidad. Sin embargo, y gracais a la experiencia de mi amigo R., he podido conocer muchas opciones interesantes para comprar, vender y hacer otras transacciones varias... Comparto con ustedes los datitos que he descubierto en esta última semana de búsqueda de gangas.

Las Bodegas de Falabella: Quedan en Rozas con la Norte-Sur. Muchos artículos que te puedes encontrar en las tiendas, pero con uno que otro detallito que implica una reducción del coste. El descuento es proporcional a la pifia. Los que te atienden no son tan serviciales ni tan pintoso como en los locales, pero... ¡a quen le importa! Como dicen los gringos, lo que tú quieres es comprar un producto barato y en el mejor estado posible. Me compré una cocina que me costó 35 lucas menos que en la tienda y sólo tenía un despreciable abollón que solo preocuparía a un obsesivo. Además que está por el lado que va pegado a un mueble y aunque no tuviera nada, ese lado sencillamente no se ve. Puedes elegir si te van a dejar tu ganga a domicilio (por 5 lukas), o si te la llevas ahí mismo, por las propias... adivinen que opcion elegimos.

Pero no se compren mucho las promociones de las bodegas de Falabella, puede que encuentren cosas mejores y baratas en otros lados. Así lo descubrí cuando casualmente, después de comerme una pizza, pasé por Merced con San Antonio y vi un letrero que decía "Remates". Pregunté por un hervidor eléctrico y una plancha y quedé asombrado al saber que estaban a mitad de precio. La plancha era usada, pero no mucho. El hervidor estaba embalado... o eso pareciera. Al pagar me pidieron que diera mi nombre, cosa que me extraño. Pregunté y me dijeron que eso es lo que se hacía normalmente en los Remates Judiciales. O sea, lo que yo compraba a precios bajos, eran los bienes que nuestro padre Estado le arrebató a algunos hijos supuestamente desobedientes. Pero no importa... Despúés supe que uno podía comprarse autos y casas del mismo modo, y con descuentos también considerables. Si no hay otro postor, la ganga es tuya! El problema es que si la plancha no funciona, quizás tengas uno que otro problema en que te devuelvan tu dinero con una sonrisa.

Revisando después en internet cosas que vendían en Mercadolibre o Deremate (para qué les voy a poner los links..), me acordé de la injustamente poco conocida VivaStreet. En este sitio gratuito de compra, venta, arriendo, trueque, anuncios, eventos y avisos personales (¡Uy!), pueden encontrar de todo, de todos los precios y todas las calidades y todas las confiabilidades del que publica el aviso. La página está más enchulada que la última vez y tiene un buscador excelente. Te muestra inmediatamente el teléfono de contacto del que ofrece algo, sin registrarse ni hacer algo, a diferencia de los portales más conocidos. Hay avisos de pelagatos que venden su ropa usada, hasta grandes empresas.

En Vivastreet encontré un aviso de una señora que vendía Antiguedades. Era una casa muy vieja, grande, y de una mentalidad arquitectónica muy distinta a la nuestra. En ningún caso era un anticuario. La señora vendía las cosas de su abuela. Habían desde palos podridos inservibles, hasta grandes muebles señoriales de maderas nobles que costaban 1 palo y medio, pasando por cachivaches de tiempos remotos. Compré un baúl precioso y resistente, de esos que ya no se ven, más un ropero no tan bonito, pero muy barato. Aunque todo era antiguo, pude pagar haciendo una transferencia electrónica instantánea con multipass y todo. ¿Qué hubiera pensado su abuelita de esto?... La señora, amablemente ofreció su van con parrilla para llevarnos la compra a nuestra casita, por lo que hubiera costado la carrera de un taxi. ¡Que oportuno fue eso!

Y si están pensando en comprar cosas grandes tipo muebles o equipos de música o colchones. Vayan al cliché de los supermercados: El Lider. Esto puede que sea de perogrullo, pero quizás no todos van al lider a comprar otras cosas que no sea el pedido del mes. Si están pensando en comprarse un comedor o un computador. ¿Verían en el Lider de buenas a primera? Espero que sí, porque los precios son más económicos en general que la Bodega de Falabella, pero estos productos estan nuevecitos y sin fallas. Si hubiera sabido que en el Lider iba a encontrar un ropero nuevo, más grande y brillante que el que me compré a pocos pesos más, no me hubiese comprado el vetusto mueblote. Entre el Lider y el Homecenter, no se engañen. Vayan primero al Lider.

En este post, tengo necesariamente que mencionar a la madre de los mercados alternativos: El Persa BioBio. ¿Qué puedo decir? Un universo paralelo más económico.

Por último, me gustaría nombrar las Ferias de las Pulgas. R. me contó que en Alemania estaba lleno de estos lugares y son muy populares, no necesariamente entre personas de estratos bajos. Aquí puedes comprar, vender, trocar, regalar y recibir todo tipo de cosas, dependiendo de lo que uno tenga. Les hago una invitación a introducir en sus vidas la cultura de la reutilización y del transformar bienes en dinero, cosa que pocos hacemos. Mea culpa...

Quizás me consideren un Quijote, pero creo que en el futuro, estos van a ser los mercados que la van a llevar y que derrotarán incluso a las grandes transnacionales.

Mis Andanzas por Santiago Viejo.

Mis lentes nuevos me quedaron sueltos. Tenía que ir a la óptica a que me los apretaran. Sábado, 10 y media, aire limpio, día bonito...

Saqué mi bici. Me fui por Lastarria a Mac Iver. En la óptica el hombre que atendía me enseñó los 2 puntos neurálgicos en los cuales se puede ajustar un lente, secreto que circula sólo entre quienes atienden en ópticas. Me puse el casco y antes de subirme de nuevo a la bici, me doy cuenta que las ruedas están muy desinfladas.

Que hago? Aprovecho de ir a comprarme "el bombín práctico y económico" que sé que venden en una ferretería en exposición. Buena idea, pero buen pique... Pasé a Estado, amarré mi bici a un poste y saque plata de un cajero...

Seguí por la ciclovía de la alameda, que está más bonita que cuando la recorrí por primera vez, de Maipú a metro UC. Lindo viaje, bajando ramplas, entre los parques, con sombrita...

(Intermedio: me fui a preparar un mate para seguir escribiendo. Hierba? La Hoja... amarga como la derrota, pero sabrosa al mismo tiempo)

Seguí hasta exposición. Lleno de gente. Vendían empanadas, sopaipillas y hot gods. En la ferretería el hermano peruano me dijo que no tenía "el bombín práctico y económico", así que me compré uno común y silvestre a $2500. Mientras pagaba, el hermano me afirmó la bici. En la caja escuché unos ring-ring de la campana de mi bici. Al salir, resulta que el hermano no solo estaba webeando con la campana, sino que que empezó también a webear con los cambios y me dejó los cambios cruzados (léase 1 adelante y 7 atrás). Al primer pedarleo se me salió la cadena. Con la bici en una mano y el bombín poco práctico en la otra, y mucha gente tratando de pasar por el paseo exposición, no tenía mucho que hacer ahí. Avancé hasta casi la alameda. En una especie de mini-placita, tiré el bombin y me puse a arreglar la cadena. Terminé engrasado. Gracias, Perú...

Me voy con el bombín en una bolsa, colgando en un cuerno de mi bici-toro. Tengo que devolver "Cabo de Hornos", de Coloane, en la Biblio de Santiago. Prefiero irme por la otra calle, no por Matucana. Al cruzar una calle en la Alameda, vereda norte, la bolsa se rompe y se me cae el poco práctico bombín (Gracias, Perú...). Un buen samaritano me recoge el asunto mientras me bajo de la bici y los autos que venían lento, me esperan con una paciencia de pronvianos.

Me hago una especie de arrollado de bombín con las bolsas rotas y entro en crisis. Que hago? Como los caballeros medievales que usaban la lanza con la diestra y con la zurda tomaban las riendas de su caballo, me voy en bici con el poco práctico bombin en mi derecha. Estaciono en Agustinas con Matucana, Plaza Guatemala.

Devuelvo el libro. Atrasado. No tengo sencillo para la multa y no me aceptan los $1000 los bibliotecarios amantes del sencillo. Me devuelvo a la placita. !Que lata volverme todo el camino a lo caballero medieval! Aunque épico, es incómodo...

Así que decido caminar por el barrio viejo de Santiago. Me fui por Agustinas (que por si no lo sabían, a la altura de Matucana es una avenida bordeada por un parque). Llego a mi calle, mi nueva calle y me acerco a la Alameda, adonde dentro de dos semanas más comenzaré a vivir. Cruzo una marisquería en una esquina. Abro los 2 pórticos principales (porque si fueran puertas serían bien grandes) y suobo las escaleras. La iluminación recién instalada por mi amigo y compañero R., que el día anterior las había instalado en ese cielo raso que queda a 3 metros y medio de nuestro tercer piso, trabajo en altura. Me lavo las engrasadas manos y meo (si, también hago esas cosas).

Decidí que era hora de sacar mi lado sibarita. Pasé a la famosa marisquería, adornada con espejos en forma de ojos de buey y un fondo azul. Me trajeron el caldillo de congrio que pedí, el que Neruda hizo famoso, acompañado de un sauvignon blanc de la Viña Doña ni me acuerdo... Pero antes de eso, pebre, mantequilla y panes calentitos. Y como si esto fuera poco, una mini entrada aperitiva de ceviche y unos choritos, cortesía de la casa... =P

Después del sibaritismo, decidí seguir esa ciclovía que seguía hacia al norte. Segui y seguí, sin bicicleta, con mi casco en la mano, acompañado sólamente por mi lagartijo regalón.

Crucé San Pablo, Mapocho y Yungay. ¡Así que por ahí estaba el no tan famoso barrio Yungay !Había un persa ahí, pero tenía más que nada, partes de autos: neumaticos y discos para cubrir las ruedas... de esos que tiene la marca del auto (no sé nada de mecánica, ok?)

Llegué a Presidente Balmaceda, una avenida autopista... onda avda. Grecia, pero más rápida. La avenida bordeaba un parque enorme. Creo que es el parque los Reyes.. no lo sé. Todavía no lo veo en el mapa, esto está fresquito...

Al llegar, caminando, a unos como silos que habían en ese parque, sentí que me estaba alejando mucho.

Me metí por una calle que volvía hacia el sur. Cerca de Esperanza. La calle se acababa rápido y habían unos deptos antiguos. Me empecé a sentir perdido. No conocía nada de ese lugar. Llegué, siempre con mi casco en la derecha y mi lagartijo, a una botillería. - "Bebidas de a medio?" - "Bilz y Pap solamente". Y yo jamás tomo de esas. - "Bueno, me da una Pap..." El botillero (?) me dio indicaciones sobre cómo salir a Matucana. Caminé y segui las calles. Pasé por al lado de un Rotweiller asqueroso y suelto. Al final llegué a la calle de la Biblio... sólo que unas 15 cuadras al norte.

Caminé acalorado y ya un poco cansado y encontré mi bici intacta en plaza Guatemala. Habían unas pokemonas ahí conversando del amor. Miré fijamente a una... no pasó nasa. Partí de vuelta al depto que dejaré en no más de 2 semanas.

Comparto estas memorias con ustedes, estimados lectores.