sábado, 29 de marzo de 2008

Pulgares Arriba... Pulgares Abajo...

Para aquellos que me han visto ultimamente, les habrá parecido curioso que de vez en cuando me pongo a evaluar las cosas, las personas, las películas y todo, otorgándoles pulgares arriba o pulgares abajo. Como este signo es muy cliché, me gustaría hacer algunas aclaraciones sobre lo subjetivo que es este ícono gestual para mi.

Partamos con "...le doy un pulgar arriba". En general se refiere a esas cosas que son buenas, cachilupis, agradables, que superan un poquito tus expectativas. No tan, tan bueno. No deja de ser una buena cosa que te puede alegrar un momento del día. Un aviso bueno que vistes por ahí, por ejemplo.

"Un pulgar abajo". No necesariamente son cosas negativas... son cosas que no superan tus expectativas, pero que tampoco te embarran el día. Te compras un yogurt importado de holanda y resulta ser igual a uno soprole... pulgar abajo.

Ahora bien, si doy "dos pulgares abajo", estoy enojado. Dos pulgares abajo es una buena decepción. Era chico, pero cuando vi la sinopsis de la película "Estigma" dije "Ohh... que interesante la película", pero cuando la ví, me sentí estafado. Dos pulgares abajo, digo ahora.

Aparte de ser algo muy bueno, los "dos pulgares arriba" comienza a transformarse en esas cosas ricas que te gusta hacer; o lugares como los que frecuentas, como una buena picá; o que se vuelve un lindo recuerod de algo que pasó. El recital de la Björk el año pasado fue una gran experiencia, con todo lo que incluyó. Entonces, si estás en una fiesta y alguien dice "...cachai el Volta de la Björk?" A ti te dan ganas de contar lo que te tocó vivir.

Los dos pulgares abajo son abiertamente una mala experiencia que quizás con el tiempo y tu poder para transformar los recuerdos, puedas transformar incluso en pulgares arriba. Aunque también puede ser algo que realmente te desagrada. En mi caso, algo como la música de Marco Antonio Solis.

No doy en general tres pulgares arriba. No recuerdo que haya dado tres pulgares arriba ni tres pulgares abajo, nunca en la vida. Tres pulgares arriba significaría estar enamorado por un bueeeen tiempo de eso a lo que le diste los tres pulgares. Y los tres pulgares abajo serían una especie de trauma profundo. Duele decir tres pulgares abajo. Pero de repente, vives experiencias que son como para 2 pulgares y medio. Quizás la relación con alguien tienda a ser de tres pulgares. Podría confesar que un par de veces tuve una relación que tendía a los tres pulgares... aunque eso lo decía después de que la relación terminara.

En estos momentos estoy conociendo la música y la poesía de Mauricio Redolés. Le doy un pulgar y va subiendo...

PD: La familiaridad hace subir los pulgares de las cosas.

1 comentario:

Kcho Quiroga dijo...

Leyendo , pensando y sintiendo tus palabras.
Ya había visto tu blog pero en forma ligera, hoy le he dado tiempo y ya va para los dos pulgares..;D

Me parece muy interesante la forma en que ingresaste al mundo bloggero. Personalmente creo que siempre es una buena experiencia, porque nos entrega una instancia para mostrar lo que tienes ahí dentro , comunicar de la forma que te parezca adecuada y pensar también en el lector, como espectador, como parte importante y vital, como ser pensante que lee y observa detrás de alguna pantalla en algún sitio de este mundo, y que toma o deja lo que se le presenta. Para mi el blog se ha convertido en un sitio importante en donde expreso mucho de mi, y de cosas que, muchas veces,no soy conciente hasta que las escribo y publico.
A través del tiempo vas formando tu público y hay una retroalimentación que lo va haciendo muy particular, casi familiar, en donde compartes opiniones, sensaciones y vivencias.
Ahora eres parte de mi familia bloggera(por lo menos esta vez eres visible)y yo de la tuya, lo que me complace muchísimo.

Me gustó mucho tu análisis del final de algunas películas animé, aunque no he tenido el gusto de ver la princesa mononoke aún, pero entiendo la paradoja que haces de ese amor que una vez acercándose a su plenitud o máxima expresión debe separarse para continuar caminos disímiles.
Suena bastante desesperanzador pero creo que tiene sentido, aunque pueda parecer masoquista, pues la vida nos parece obligar en muchas ocasiones a vivir con la superación constante del dolor, con el desciframiento de lo complejo, con la sudoración de cada poro de nuestra piel, para que entre mejor el oxígeno, para que libere toxinas y finalmente se haga más fuerte y capaz...

bueno, esto da para más...

Un gusto q estés en este ciber mundo.
cuidate mucho
y ya nos juntaremos en el melinka a conversas más acerca de esto y de otros temas también :)


un abrazo grande!!

Lina ;D