Primera patita de la fiesta del roto en Yungay

Les cuento las andanzas de este día martes por Barrio Yungay.

Hoy es 20 de Enero y se celebra la fiesta del roto chileno, que es el día en que se decretó que Yungay sería barrio típico y que las empresas inmobiliarias no iban a demoler las históricas edificaciones de este sector. Por ello, iba en micro por Catedral, pasado Cumming, cuando me bajé a recorrer estas calles.

Siempre me he perdido en qué tan al norte está la plaza Yungay, así que suponiendo que era por Huérfanos, me di las suficientes vueltas en el lugar como para familiarizarme con la arquitectura antigua y observarla bien. Si no pudiera vivir aquí en Cumming, viviría en Yungay.

Pasé por la "Peluquería Francesa", que al parecer, también es restaurante, salón de té y lugar de venta de antiguedades. Visita pendiente (Compañía con Libertad).



Calle Libertad hacia el norte. Te encuentras con varios puestos chicos. Una especie de calle comercial, pero con comercio del barrio. La nostalgia se apoderó de mis pasos al dar este paseo.


Al llegar a plaza Yungay sonaba una extraña cueca. Rodeé la visitada plaza por los contornos, revisando los puestos espontáneos que se abren ahí. Hamburguesas de soya, artesanías (de las sui generis, no de las industrialmente producidas para venta a extrangeros), películas revolucionarias, libros revolucionarios, chapitas revolucionarias... Mote con huesillo, anticuchos de carne de cerdo a cómodos $500... Hasta que me encontré con Paolo y G.

Caminamos, conversamos y me compré una chaparrita vegetariana (con vienesa de gluten y salsa blanca). No soy precisamente un vegano, pero me gusta probar cosas nuevas.

Pensé que la fiesta estaba apagada, así que fuimos de vuelta a mi casa a tomarnos unas cervezas. El combo: Austral + Malta del Sur. La primera para entonarnos y la segunda para profundizar.

Así que Aquí estuvimos escuchando algo de Chinoy, algo de la Cami Moreno... Algo de Manuel García y algo de la Elizabeth Morris. Se nos ocurrió mostrarle a la G. un videojuego turco muy producidos pero muy malo: el Neva. En todo caso, la psicodelia lisérgica no te la quita nadie. Pruebenlo y opinen.

Partimos de vuelta pa' Yungay. Esta vez la cosa estuvo prendía a puro cuekeo. Me encontré con una amiga, que tenía un amigo, que me prestó una bolsa negra. Este fue mi improvisado pañuelo con el que bailé una cueca de los chinganeros.

Entre palmas y conversas terminó la primera patita de la fiesta del roto. Mañana se viene carnaval y ahí estaremos reportándonos!