Bueno, el caso es que me quedan 4 días en Chile. Mi avión sale el viernes a las 8 y media con destino a Mexico DF. Ahora me toca ir al registro civil a sacar mi carné para poder sacar plata para poder comprar dólares para poder llevar al viaje. Llevo mi cámara, llevo mis ganas, llevo mis cargas y llevo unas letras dolidas.
No sé cómo hacerlo en Febrero cuando regrese. Siempre me he caracterizado por tomar las opciones arriesgadas y dejar las seguras, así que es otro paso más en mi senda. Quizas me vaya bien en Servicio País y abandone mis vínculos cara a cara de Santiago para transformarlos en vínculos virtuales. Más fantasmas en mi vida, bien. No importa. Aysén te envuelve ;).
Y mis deudas, ¡oh cadenas numéricas de energía sutil! Pasito a pasito vamos por la sustentabilidad a largo plazo; vamos por el balance positivo y por el autocultivo; por el trueque y el desarrollo de redes locales de cooperación.
El 2010 fue un año de calle. Un año de precariedad, que es un gran piso para que se eleve tu espíritu. Un año de proyectos sociales como Psiconstrucción, la Radio Caleidoscopio, el Circulo de estudios y otras iniciativas en las que he participado. Un año de recorrer familias de los distintos quintiles y sectores en Santiago y sus alrededores. Un año pasando por Castro y sus recuerdos alentadores de que podemos vivir haciendo comuna independiente de las municipalidades.
Así que en esta primera semana que pasó del 2011 ando agitado, esperando el viaje y viendo cómo se desenvuelven las cintas de regalo de esta vida. En fin.
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