miércoles, 3 de agosto de 2011

UNAM



Es interesante ver el contraste entre un cierto desorden cotidiano de la Ciudad de México y la orgánica de la UNAM, en términos arquitectonicos y funcionales. La Universidad Nacional Autónoma de México parece ser un organismo vivo, un organismo gigantesco, lleno de espacios de tránsito, de actividades deportivas, académicas, de extensión, de diversión y de otras cosas que no puedo imaginar aún. La ciudad Universitaria está cubierta de una flora selvática que muchas veces amenaza al asfalto con devorárselo. Además, la UNAM tiene sedes repartidas en el DF y en otros estados mexicanos.

Ahora estoy viviendo en la Colonia Santo Domingo, la toma de terrenos más grande de Latinoamérica. Es una zona popular con mucho comercio, repartido entre locales comerciales pequeños, comercio ambulante y puestos de los tianguis, que en Chile son las ferias libres. La colonia colinda con la UNAM y al entrar en la ciudad universitaria llegas al terminal de los Pumabus, el sistema de microbuses gratuitos de la ciudad universitaria. Son 12 recorridos. Ya me he subido a turistear en 6 de ellos y cada circuito dura unos 20 a 25 minutos de viaje. Aquí les dejo el mapita de los circuitos y de la UNAM, para que se hagan una idea. Ojo, que está simplificado y hay muchas más dependencias que las paradas de los pumabuses. Por ejemplo, entre Arquitectura e Ingeniería está el Centro de Orientación Estudiantil y eso no aparece.




Aunque tienes que ser una persona muy proactiva para que los trámites administrativos funcionen bien (característica extrapolable a prácticamente todas las instituciones mexicanas), la tremenda proyección académica que logras estudiando acá supera con creces cualquier inconveniente, especialmente en Estudios Latinoamericanos.

De las cosas que más me están gustando de Estudios Latinoamericanos es que se te invita - y en los hechos tanto como en el discurso - a ser un generador de conocimiento significativo para los problemas y dificultades propias de Latinoamérica. Esto lo logras a través de una práctica dialógica "inter, multi y transdisciplinaria", como señaló el coordinador esta mañana.

La verdad, al estar una semana aquí en el DF, me doy cuenta de que la ciudad es bien difícil de habitar y bien hostil contigo. Pero la UNAM, contrariamente, me parece el paraíso académico. Mi opción, entonces es vivir cerquita de la UNAM y estar casi todo el día adentro de esta gran madre.

Tengo que reconocer lo amistosos y agradables que han sido los mexicanos conmigo, especialmente los más jóvenes. Como chileno, me parece que tengo mucho que entregar en una realidad social tan distinta a la nuestra. Así que aprovecho de agradecer a todos aquellos que han hecho posible que yo esté aquí. Especialmente a ti, Mayi.

Eso por ahora. Hasta la próxima!

1 comentario:

YU2806 dijo...

Que gran alegria saber de ti, amigo mio. Las Palmeras siguen igual, nuavas pisadas, nuevos sueños, nuevas lagrimogenas y el viejo guanaco. Un abrazo y "andale" que en DF no se puede parar.
Jorge Luis Borges: "Ya somos el olvido que seremos"