Primer día en casa de mi gente y me hago cargo de acompañar a Alondra por el día. Lo de ir en bicicleta lo teníamos que hacer.. Lo imaginaba desde hace meses, a pesar de que ella ahora se declara patinadora o declara también alejarse de la bicicleta. No importa, igual me siguió en su hermosa cleta, regalo de Santa Claus durante la navidad 2011. Fuimos a recorrer Ciudad Satélite. Ella nunca había salido tan lejos en bici. Nos fuimos hasta la copa de agua. Pasamos por el Colegio Los Alpes. Esquivamos micros y nos metimos a la Ciudad Satélite II. Yo dándole consejos de que sus manos siempre tienen que ir sobre los frenos para frenar rápido. Tomamos la salida hacia ese camino quasi-rural en donde el pavimento termina y comienza el ripio. Por ahí nos fuimos, con la Alondra cansada y roja como pankora. Nos detuvimos a respirar el aire, el cielo azul como en un lugar fuera de Santiago. Seguimos pedaleando hacia Camino a Melipilla. Ahí nos fuimos por la pequeña acera, mientras los buses interurbanos con sus chacales conductores iban en contra nuestra a unos 100 kms por hora. Pasamos por barro y nos metimos por la entrada a ese súper mayorista que está entrando en la Satélite. Nos fuimos como dos vehículos en caravana, respetando los semáforos como buenos chilenos. Doblamos y nos fuimos por el parque central hasta la parroquia. Ahí entramos a nuestro pequeño barrio Liquidambar. Entramos al pasaje y frenamos nuestra bici derrapándola en curva, justo en la entrada de nuestra casa.
Espero poder llevarla a la ciclovía de Calera de Tango en unos días más.
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