jueves, 9 de septiembre de 2010

Cheetos de Maní

Bueno, pues, aquí me tienen. Son las 23:16 y hace 5 minutos llegué a mi casita. Cansado de hacer un par de evaluaciones esta tarde, con algo de blues en el corazón, comiendome unos cheetos de maní, de esos que tienen un sabor incompleto y que te compelen e incitan a seguir comiendo para completar ese sabor, que nunca se logra. También con una lata de escudo de a medio a $600. Por último, un lujito para después: un queque de naranja que hacen los devotos de Krishna de Cummings.

Y aquí me tienen, escribiendo y con disposición a hablar y chatear y ver facebook y esas cosas que tiendo a hacer de noche, cuando estoy solo. Revisar mi correo y ver las citas que tengo para mañana; jugar una partida de Swords of the Stars o ver videos por ahí.

Servirle la comida a mis gatas, comer yo...

La tía me regaló un pebre bien picante, con un aroma a ahumado que está re bueno. Me estoy comiendo los cheetos con ese pebre.

Sigo esperando que me llamen de ese trabajo que me tiene tan esperanzado. Lukas... no digamos que es una motivación muy importante para mi en estos momentos, pero tengo deudas que pagar. Las lukas me van a servir para comprarme una propiedad y ponerla en arriendo. Desarrollar algún sistema económico que me genere ingresos suficientes para pagar mis cuentas mensuales y uno que otro lujito. Esto de trabajar para vivir, el castigo de Adán y Eva, creo qeu es una práctica que no se extenderá en un futuro no muy lejando en donde, si luchamos ahora, puede que nuestra existencia, nuestro estado o nuestra comunidad nos garanticen los elementos básicos para vivir sin pagar. Ese es mi sueño mientras mastico esos cheetos. En realidad quería unos doritos, pero no habían...

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