Y bien, poco va quedando para tomar el avión al DF y despedirme de toda mi realidad Santiaguina que me ha acompañado en los últimos años. Le digo adiós a calle General Bulnes, al paseito por Cummings a las 6 y media de la tarde, volviendo hacia la Alameda, de ir al paseo ahumada a pagar cuentas y de carretear en el Galpón. No sé si será mi paso por el budismo (en esta vida), pero me resulta relativamente sereno el proceso de desapego de todos los lugares que me han rodeado y que he habitado.
Distinta es la situación con la gente con la que me he encontrado. Me quedo con la sensación de que me he peleado con quienes quería pelearme y corresponde pelearme. Eso me deja tranquilo. Pero no he podido agradecer ni amar a todos quienes he sentido que lo han merecido. Todas aquellas personas que guardo en mi corazón, a distintos niveles, hacen que una buena parte de mis energías se queden enganchadas por estos lados, en muchas tierras que arbitrariamente son englobadas por el concepto de "Chile".
Me queda seguir viendo qué discos nuevos sacan Chinoy, Manuel García, Camila Moreno y los demás. Me queda divulgar Juana Fé, la Conmoción y Chico Trujillo en Mexico.
Y ver cómo me salgo de los propios enredos en que me meto. El arte vital, enredarse y desenredarse en la existencia. Siempre me he sentido mucho más libre que muchas personas que me han rodeado. Eso me ha puesto en una situación de bicho raro, de aquel ser molesto que es distinto y que se mueve mucho, rol que he lucido orgullosamente frente a una sociedad anquilosada y en una crisis cultural importante. Algunos pocos guerreros y guerreras cósmicos / as me comprenden bien. A ustedes les mando mis saludos más especiales.
Espero tener la oportunidad de brindar con ustedes. Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario