martes, 16 de julio de 2013

Expectativas ambiguas

Hay algunas ocasiones en donde tú dices algo y por algún motivo, eso que dices no se cumple. Suele pasar mucho. Piensas algo, por ejemplo, visitar a tal o cual persona mañana o ir a comprar mate a La Europea (uno de los pocos lugares donde venden mate en el DF), o qué se yo. Y cuando llamas a la persona no te contesta, o te dice que está enferma (o); o cuando vas a la Europea se agotó el mate.Entonces las cosas no salen como te las esperas y bueno, son cosas que pasan...

Pero a pesar de estas cosas que pasan, a menos que algo pase con tu amiga (o) o que hayan decidido no importar el mate en La Europea, lo más probable es que puedas visitar a esa persona que ya has visitado antes o comprar el producto que has comprado siempre en el lugar de siempre. O sea, las osas que pasan, en estos dos casos, son excepcionales. Tus expectativas, si hablamos de lugares y situaciones que no son nuevas para ti, tienden a ser relativamente ciertas.

Si el mate no lo tienen es por alguna razón, algo que puedes averiguar tal vez preguntándole al vendedor. Tal vez acaba de pasar las fiestas patrias argentinas o qué se yo. Sea como sea, ahora las expectativas se enriqueen: sabes que, en algunos casos, puede que no haya mate en La Europea. Por ello, sería conveniente tener una segunda opción ara estos casos...

Hasta el momento, nada nuevo. Lo de siempre. Así funionamos en general... ¿O no?

Eso es lo que yo creía hasta que me acostumbré a vivir en Ciudad de México.

Y es que en Ciudad de México las expectativas son como el clima, como el tráfico, como el lenguaje... Ambiguas. En realidad no hay algo así como una expectativa de algo que va a pasar, sino más bien una saturación de sorpresas, muchas veces displacenteras.

Entonces todo lo que uno espera y lo que las personas que habitan esta Ciudad de México te dicen como si fuese algo súper sabido y súper sólido, por lo general, no se cumple.

Si la verdad es que no tienes ni p%ta idea de qué m&erda va a pasar, entonces la actitud honesta sería decir "chale, carnalito, no se nada". Eso sería ser fiel a tu constatación de que hay muchas cosas inesperadas que no puedes prever. Pero eso no es lo que ocurre. No. Lo que ocurre es que probablemente la persona que habita este lugar te diga claramente algo, así como para darte a entender que las cosas son fáciles y claras y "no hay pedo". Pero lo que pasa finalmente es que esa versión tan facilita que te dieron es... es nada. Es nada. Es un cuento que no tiene nada que ver con un saber cómo son las cosas aquí o cómo se mueven las cosas, o porqué esto no se cumplió. Son cosas que la gente dice para no quedar mal, pero que lamentablemente las hacen quedar doblemente mal, porque finalmente al no cumplirse eso que dice la persona en forma tan sincera y tan de corazón (jaja...) la persona, 1. No te ayudó. 2. Queda como farsante y 3. Algo más misterioso... me deja pensando por qué hacen todo eso...

¿Será que es muy doloroso ser sincero con el hecho de no poder tener expectativas?

¿Será que ser sincero significaría asumir esa pasividad reinante con la que se es cómplice?