martes, 25 de mayo de 2010

Fragmentos Chilotes 11 - Conversación en el Chacao

He terminado mi estadía en Castro y ya volví a esta capital que empiezo a descubrir desde la óptica de alguien que sabe que hay otros modos de vivir. Al volver a cruzar el canal del Chacao me encontré con una chica bien guay que me empezó a conversar algunas cosas de su experiencia en la isla y de mitología chilota. Aquí les presento un fragmento de esa conversación que tuvimos cuando salimos afuera de los buses en el transbordador y nos encontramos en una noche clara (como pocas allá) pero que no obstante la cámara no pudo captar.

lunes, 17 de mayo de 2010

Fragmentos Chilotes 10 - El almuerzo Dalcahuino (o dalcahueño o dalcahuense)

Bueno, aquí uno de los momentos comilones de nuestra estadía en Chiloé, cuando estuvimos en las cocinerías de Dalcahue. Ahora que sé subir videos de youtube, creo que puedo compartir con ustedes algo más de estas experiencias. Con saludo incluido.



Y aquí estamos un poco más avanzados en la comida ya...

Fragmentos Chilotes 9 - Remedio Casero

Mi colega se enfermó de la guatita producto de unos bichos malos que andan por aquí ultimamente. Afortunadamente, una señora que nos vino a preparar unos almuerzos sacó una receta casera del remedio. Aquí les dejo el video y disculpen el audio que funó.


Las instrucciones son:

1. Echás un carbón de tu estufa a un tazón, viste?
2. Le ponés una cucharada de azucar para que se caramelise con la brasa.
3. Le agregás tu yerbita de preferencia.
3. Le dejás caer un chorro de agua hirviendo al tazón con carbones y caramelo.
5. Revolvés bien la mezcla esa.
6. Le sacás el carbón que ya liberó sus propiedades.

Y te la tomás la sopita esa que te queda y dile adiós a la diarrea! ;)

lunes, 10 de mayo de 2010

Fragmentos Chilotes 8 - Dalcahue y Curaco



Partimos temprano desde el terminal municipal, con "La Estrella", el periódico local en la mano para la lectura durante el viaje (supimos que pillaron a un hacker ancuditano que hacía fishing).

Tomamos bus a Dalcahue, lugar de dalcas, embarcaciones de cuero de lobo que usaban los nativos de acá que entraron en contacto con los williches (yamanes? yaganes?). El bus iba apretado como si fuera restaurant en día de la madre. Parece que muchos castrenses iban con la idea de pasar el día de la madre en Dalcahue.

Llegamos a los 35 minutos. El sol brillaba en un cielo sin nubes. Bajamos hacia la costanera por la calle de la feria, mirando ahí las ropas y cosas comestibles que vendían. Hermosa fue la vista del canal con los barcos, en un paisaje algo veneciano, con toda la gente que recorría ese sector de la feria que bordeaba el mar. Por ahí también estaba el puerto, en donde las barcazas trasladaban autos y minibuses a Curaco de Velez y Achao.




Conocimos a Raúl, un santiaguino que vivía en Castro desde hace 4 años y que después de una conversación de 20 minutos, terminó convirtiéndose en un nuevo amigo. Me dio buenos argumentos para no volver nunca más a Santiago...



Pasamos a la feria artesanal y a la iglesia. Nos hicimos unos vídeos locos reporteando lo que veíamos en Dalcahue. La iglesia contaba con unos pilares de madera, que si los tocabas era como si en vez de madera tocaras marmol, aunque un marmol ligero.


Finalmente rematamos en las Cocinerías almorzando unas empanadas con mucha carne y otras miniempanadas fritas de mariscos y otras de queso, mientras nos tomábamos el tazón de vino 120 en caja que las señoritas nos sirvieron.






En las cocinerías los baños tenían letras de lana chilota...




Nos tomamos un bus a Curaco. Interesante fue cruzar a la isla Quinchao. Las barcazas son más chicas que las que cruzan el canal del Chacao.


Llegamos a Curaco de Velez, un hermoso y SILENCIOSO pueblo (todo lo que decías a media voz rompía el silencio y resonaba en toda las conciencias que podían escucharte como una entidad imbuida de plena conciencia zen, y no es chiste), rodeado por los cerros y el campo de esta otra isla que es parte del archipiélago de Chiloé.






Vimos un busto dedicado al Almte. Galvarino Riveros. Quise sacarme una foto en posición firme al lado del busto.



En la plaza me puse a saltar y a dispararme fotos automáticas en 10 segundos de modo que la foto capturara el momento del salto pero solo me pude tomar una foto buena...




Después nos tomamos unos tés con la miel que la Mónica compró en la feria de Dalcahue. Estabamos frente a la iglesia y un halcón nos miraba amenazante desde lo más alto de la cruz.





Quisimos ir a probar ostras. Me dijeron que a Curaco se iba a probar ostras... La verdad no teníamos mucho excedente económico, pero nos conseguimos 2 ostras per cápita más 2 de yapa por 1500 pesos. Ostras grandes, no como las que te sirven en Santiago.



La gente cría sus ostras, según me contó la señora que nos vendió las cosas esas. Las compran chiquititas (semillas de ostra les llaman) y las alimentan con huiro o sargazo. Después de 1 año están listas para "cosecharlas". La concha de estos moluscos probablemente inspiró a H. P. Lovecraft. a escribir sus cuentos de terror mitológico marino.

Volvimos en un bus que nos llevaría directamente a Castro. Cansados llegamos y nos recostamos.

jueves, 6 de mayo de 2010

Fragmentos Chilotes 8 - Arcoiris



Lorea por favor el soberano arcoiris que pude fotografíar hace un par de días:



La cámara no lo pudo captar en toda la nitidez en que se vió. Dos minutos mas tardes, ya se había desaparecido.

Fragmentos Chilotes 7 - Paseo por Castro

Hoy en la tarde no tuve evaluaciones que hacer. O sea que tuve algo de tiempo libre. Después de ver el primer caso de "Caso Cerrado" en esta tele que casi siempre está encendida, me puse la "campera" y partí a caminar.

Mi primer destino fue llegar a una fábrica de parkas. En un colectivo me encontré con un microempresario que producía ropa impermeable "Made in Castro". Me dio su tarjeta (papel, en realidad) y quise encargar una de estas joyitas. Caminé por San Martin y fui a la salida norte, por al lado de la Panamericana, saliendo hacia Ancud. Pasé por los palafitos esos y llegué a la casa, frente a la Shell. Después de pasar al antejardin (porque aquí lo normal es que si una casa tiene rejas tu entras al antejardin y golpeas la puerta para que te abran; el antejardin es una especie de espacio semipúblico de recepción de personas), golpeé y nadie me respondió. Me volví no más con una lluviecita fina que me acompañó. Iba con la campera puesta y con mis guantes de cuero, así que a esta lluvia la esperé feliz.

Tenía que comprar una resma de hojas para que ni a mi ni a mi colega nos faltaran hojas para los dibujos de los niños que evaluamos, así que decidí seguir por San Martín hacia la plaza, buscando librerías en ese sector comercial. Después de una búsqueda infructuosa, decidí bajar por una de las tantas y tan sinuosas calles que llevan a Pedro Montt, avenida costera. En realidad la calle desembocaba en Blanco Encalada y después llegaba a la costanera. Pasé así por el sector de pubs y de hospedajes para gringos que tiene Castro. Después de seguir por Eusebio Lillo, la continuación Pedro Montt que va bordeando el borde surponiente de la ciudad, llego a la Feria Lillo. Paso a ver algunas artesanías varias.

Me compré unas medias de lana suave a dos lukas para abrigarme. Empecé a pensar en algunos regalos que le llevaré a mi gente en Santiago cuando me vaya. Los artesanos ahí me explicaban las características, usos y ventajas de tanta cosa chilota.

Subí por Thompson hacia el norte y ya eran casi las 5 de la tarde. Seguí viendo librerías y tiendas de ropa por todo el sector comercial de Castro. Preguntando me dicen que al lado de la iglesia hay una librería en donde puedo comprar resmas. Al pasar por el lado de la iglesia, entro al salón parroquial. El sector estaba inundado de escolares y sonaba música de iglesia prendida. En la fachada del salón, una invitación a liturgias de los "Carismáticos". Curioso...

Después de comprar la resma parto me voy por Sotomayor hacia arriba, camino a Juan Serrat, adonde me están hospedando. Paso por al lado de la Señora Cerlinda, una abuelita muuuuuy bueeeeeena que nos recibió a mi colega y a mi la primera noche en Castro. Tomamos once y me ofrece un pan hecho en casa que le hizo una pariente. Muy rico. Me recordó al pan que hacía la Maneca...

Volví a mi casa a internetear un rato. Creo que estoy amando a esta ciudad. Ya les contaré algunas cosas que pasan aquí en la calle en donde me alojo...

lunes, 3 de mayo de 2010

Fragmentos Chilotes 6 - Los múltiples usos de la manzana


Si tuvieramos que elegir una fruta común en Chiloé, al igual que en muchos otros lugares del mundo, esa sería la manzana.

Durante mi estadía de 1 semana y 3 días en Castro, me ha llamado mucho la atención la presencia de la manzana en algunas comidas características de la isla grande. Aquí les dejo algunas de ellas:

1. Dulce de manzana: Nunca antes había probado la mermelada o dulce de manzana. Aquí en Chiloé es una de las mermeladas más comunes. En lo personal, ha sido de las mermeladas que más me han gustado de todas las que he probado.

2. Empanadas de manzana: Algo así como las empanadas de pera, más difundidas en la repostería nacional, pero con el susodicho dulce de manzana. Riquísimas!

3. Chicha cruda: una preparación dulce de jugo de manzana fermentado.

4. Chicha cocida: al cocer la manzana y fermentarla se obtiene una bebida más alcohólica y fuerte, que recuerda al pipeño.

Respecto al último punto, cabe señalar que muchos productores (que por lo general son productoras) de chicha cocida diluyen este brevaje con agua. Me tocó la mala suerte de comprar chicha diluida. El agua altera el sabor de la chicha. La que me tocó a mi terminó en el drenaje. Experiencia no más...

sábado, 1 de mayo de 2010

Fragmentos Chilotes 5 - El Camahueto


Viernes en la noche y queríamos carretear. Buscamos la "fiesta noventera" que estaba organizando el centro deportivo "La Estrella". Pero resulta que hoy sábado teníamos evaluación a las 10 de la mañana, así que apagamos nuestros humos con las aguas de la realidad laboral.

Finalmente quisimos ir a comer algo porque hacía hambre. Después de cotizar en "La Brújula del Cuerpo" allá en la plaza, decidimos preguntárle a unos jóvenes nativos dónde se puede comer buenos sandwiches aquí en Castro. Nos sorprendió el concenso que había en que el mejor lugar para comer sandwiches era "El Camahueto", al otro costado de la plaza.

El "Camahueto Extra" que nos pedimos para los dos resultó ser un sandwich de proporciones legendarias. Con una mitad bastó para satisfacer el apetito de dos hambrientos evaluadores caminantes que no comían desde el almuerzo.

Quedé muy interesado en aprender algo más de este toro mitológico, símbolo de la virilidad y la potencia sexual a quien todo hombre que se valore como tal debería rendirle culto. Leyendo en wiki descubrí la interesante leyenda de este animal que, junto a la vaca marina chilota, están presentes desde los tiempos de tren-tren vilu y cai-cai vilu.



Sorprendido quedé al descubrir que una curiosa formación rocosa que fotografié en la mañana evidencia rastros de hendiduras producidas por el cuerno del camahueto. Sabido es que en su trayecto hacia el mar este animal utiliza su cuerno para hacer cauces de río. Pero no sabía que podía dedicarse a tallar la roca como se ve a continuación.



Tal vez los camahuetos se fueron al norte hace un mes y emergieron de la tierra en un arrebato de pasión de tal intensidad que dejaron fisuras mucho más allá del archipiélago de Chiloé. Probablemente el revolcón épico con la famosa vaca haya sido el causante de tanta devastación en la costa...

Entonces, trataré de preguntar por ahí a ver si me encuentro algún elixir preparado con ese cuerno. Espero encontrarlo antes de que me vaya de aquí...