miércoles, 11 de octubre de 2017

Cuatro años después, en Santiago...

 Un pequeño post con el que pienso retomar este antiguo blog de mis andanzas. Espero volcar muchas reflexiones por acá y que quede este proyecto de diario compartido y público que pueda ser revisado por quien lo descubra. No quiero likes ni popularidad ni seguidores ni monetización. Con que una persona lea algo de esto, me sobra

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Bueno, cómo va… Ah, claro, iba a decir que los patrones de esta neo-hacienda posmoderna que es Chile suelen enojarse si los peones-gañanes 3.0 (que somos tod@s) empiezan a perder su tiempo en hacerse preguntas demasiado humanistas, o realizan trabajo para si y no para venderlo y conseguir ese… dinero. Pasear y conocer entornos no tiende sentido si no ganas dinero (para gastarlo en esos lugares); conversar por que sí, lo mismo, aunque estamos tan solos que se agradece.

El consumo es el disfrute instantáneo, previo pago del costo de ese disfrute. El pago previo parece ser el requisito del disfrute. Ergo: no hay disfrute sin pago. ¿Cómo te consigues el dinero para pagar? Problema de cada cual.

(La solución, va tendiendo paulatinamente a ser lúmpen, en todo caso, sea lumpenproletaria o lumpenburguesa)

Yo, con mis precarios ingresos en esta improvisada estancia en Santiago de Chile, he logrado algunos insumos básicos que me permiten reducir mi consumo. Invierto en capital productivo y capital de disfrute. (Un netbook con linux, una bicicleta, una cafetera para preparar el café que aprendí a disfrutar en México, un e-cigar chino que me divierte tanto. Y así… Pagué, claro, pero para dejar de pagar por un buen rato, por ahí va la micro.)

Y a todo esto, Marx planteaba que el proletario es el sujeto despojado de sus herramientas y que sólo es dueño de su fuerza de trabajo. (Lecciones básicas de marxismo, volumen I) Previo a esto, el sujeto libre-liberal es supuestamente dueño de su libertad individual, que finalmente tendría que operativizarse en la capacidad de tomar decisiones; decisiones que afectan a su vida y la de los demás. Pero creo que aún no llegamos a este estado 1800 de la civilización; estamos en la etapa previa, en donde no tenemos libertad, en la esclavitud pura. Porque no tenemos tiempo para darnos cuenta de nada. Además, otra diferencia: el sujeto proletario actual tiene herramientas, y de sobra; se le ha arrebatado su tiempo, tiempo necesario utilizar todo el potencial que tiene. Tomando la metáfora de Esquizofrenia Natural, es como tener un motor enorme y poderoso y no poder ocuparlo en nada.

Es paradójico que hay que frenar el tiempo (a la Benjamin), para tener tiempo. En eso estamos ;)