lunes, 10 de diciembre de 2012

Aeropuerto del DF

Ruido por todas partes. Paredes grises y blancas configuran el espacio rectangular del gran y alto hall principal. Sillas de rueda y carros porta equipajes (las envolturas plásticas de seguridad por las que pagas extra evitan y legitiman los robos y los daños a tu equipaje por parte del personal de la aerolínea). Todo se vende. Todo es luces y pantallas; ruido visual entre las paredes blancas y grises. Te sería difícil encontrarte con alguien que no fuera un extraño aquí. Algunas luces están averiadas. A la M. no le revisan su equipaje de mano, no lo pesan, se les olvida. Es un lugar lleno de olvidos. También lleno de una especie de hostilidad ambiental. Nunca te crees las promesas de bienestar que el capitalismo internacional de aeropuerto te hace, porque son demasiado falsas.

Dicen que los mexicanos son un pueblo hospitalario. Creo que es bastante cierta esta frase. Aunque en el aeropuerto, que es la primera experiencia de México para muchos extrangeros, la hospitalidad es algo que no encuentras por ningun lado

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