viernes, 12 de febrero de 2010

Río Clarillo - Quebrada de los Bueyes

Mi aventura empezó tarde. Todo por quedarme jugando la parte final de "Call of Juarez" en donde muere el cura pistolero luego de dispararle al papá de "Billy Candela" y evitar que apuñalara por su espalda a su propio hijo. Sí, fui spoiler, pero qué importa eso; nadie conoce ese juego...

Llegué en metro a la Pza de Puente Alto a eso de las 1 y veinte. Estaba muy concurrida. Si no vives en Pte Alto, probablemente no conozcas nada de allá. No es un lugar por donde se pasa mucho, a menos que seas de Pirque, el lugar al que me dirigía.

Preguntándole a una funcionaria del metro sobre si podía llegar a Pirque caminando me di cuenta por su carcajada de que era mucha distancia. Al preguntar si podía llegar caminando a Río Clarillo su carcajada se transformó en extrañeza. Y eso que en el mapa se ve tan cerca...

Así que a tomar locomoción. No de las transantiago que para allá no van, sino de las típicas micros rurales que van más lejos. Hay un dominio en donde la locomoción colectiva se riga por leyes antiguas. Y yo estaba entrando en ese dominio. Me llamó la atención que siguieran existiendo los "Metrobuses". Pensé que el transantiago era el apocalipsis para las micros azul-celestes.

Llegué finalmente al "puesto de cobranza" de Río clarillo a eso de las 2 con 10. Según lo que me explicaron después de cancelar los $2500 (pensé que iba a salir más barato) la reserva comenzaba 4 a 5 kms más arriba por el camino, y que ese sector era privado. Me dio mala espina. Imaginé un pacto entre los propietarios de esas tierras con el gobierno, del tipo: "Mire, el Estado puede tener los parques, pero para llegar a esos parques tienen que pasar por mis territorios. Así que, por qué no llegamos a un acuerdo y cobran unos pesitos extra, a modo de peaje y seguimos siendo amigos". Fantasías mías...

Llevaba media hora de caminata escuchando a la Francesca cantar las canciones de Victor en mi celular, que venía en el bolsillo externo del bolso cruzado en donde llevaba mi cámara... cuando una camioneta accedió a llevarme en respuesta a mi gesto de pulgar izquierdo levantado.

Así fue como logré entrar a la Reserva Nacional Río Clarillo. Pregunté sobre los senderos y me hablaron de dos: uno de media hora y otro de hora y media. En la página de los senderos de Chile, el trekking de Quebrada de los bueyes (publiqué en google buzz que iba a "La quebrada de las Yeguas"; un lapsus linguae) no tiene identificada la duración ni el kilometraje directamente, pero si vas al mapa de alturas, aparece una extensión de 10 kilómetros. O sea, de unas dos horas. Cuatro horas en ida y vuelta. Pero no tiene mucho sentido, porque el sendero tiene forma de herradura, o sea, partes muy cerca de donde terminas. En síntesis, una descoordinación soberbia.

Llegué a un puente que cruza el "Clarillo" en donde hay una virgen y un letrero que dice "Gracias por favor concedido". Crucé ese puente y me encontré con que un sendero, Aliwen Mahuida, estaba inhabilitado. Al menos eso decían unos carteles y unos troncos puestos para que la gente no pasara. Ese era el camino para llegar al sendero "Quebrada de los Bueyes", según el mapa. ¿Alguna señal que dijera "Quebrada de los bueyes"?... ninguna. ¿Alguna que djera "Quebrada de las yeguas"; menos...

Justo por al lado de ese sendero clausurado había un caminito. Si lo seguías pasabas por un par de sitios de camping y el sendero subía. Suelo de arena rocosa blanquecina. Seguí por ahí. Anduve media hora y encontré un cartel que decía:

"-->
Sendero de Chile
Río Clarillo"

Mira tú... Iba por el buen camino. Seguí entonces y saqué algunas fotos a efectos lumínicos interesantes (b/n). Caminé y me encontré con otros letreros similares. ¿Por qué los de la entrada no sabían de este sendero?

Ya eran las tres y media y seguía subiendo. Descansé 15 minutos para comerme mi super 8 derretido por el calor y mis dos sandwiches, que eran mi almuerzo, bajo unos árboles altos y seguí. Iban a ser las cuatro. Había leido por un portal web el día de ayer que parece que eran 16 kms y no 10; o sea, ¿unas cuatro horas de caminata?

Entonces, caminé y caminé y crucé un estero, o río. Estaba rodeado de cerros por todos lados y tenía miedo de desorientarme. No andaba con brújula ni nada y me quedaba un litro de agua. Después de pasar por un sector en donde pisabas un colchón de hojas que te hacía resbalarte, seguí un sendero que no pude saber adonde continuaba. Parecía como que seguían 2 o 3 huellas o senderos posibles. Tomé uno y me di cuenta de que llegaba a la nada. Mi alarma del teléfono sonó. Eran las 5 y cuarto. Señal para volver.

Pero si el sendero tenía forma de herradura, significa que probablemente había recorrido ya un camino circular y estaba muy cerca de la salida y de la entrada. De devolverme, tenía que darme una vuelta muy larga para llegar a un punto que posiblemente estaba muy cerca.

Pero ni siquiera tenía certeza de que el mapa de los senderos de chile fuera el camino que había tomado, a pesar de los letreros. Entonces me devolví rápidamente. El parque cerraba a las 19:00.

El regreso era más bajada que subida, así que iba más rápido. De pronto, oigo voces. No era mi imaginación, eran voces en inglés de unos gringos sudados que venían subiendo dificultosamente, mientras yo venía corriendo cerro abajo con la ayuda de mi bastón "Produmix" que robé al hombre que de acuerdo a su relación conmigo, algunos llamarían papá. No es mi caso.

Preguntaron si había un mirador más arriba. Les dije que el cerro subía y que mientras más subía más podían ver del sector, pero que no era recomendable que avanzaran mucho más por la hora. Seguí bajando y corriendo por ahí, libremente. Fluía como el agua por el sendero.

Me di cuenta en un momento que venía pensando en cosas abstractas y que ya no sabía por donde venía corriendo. Miraba sin ver, tal vez. Pero confiaba en mi instinto y en la forma del sendero. Así fue como llegué al puente de la virgen, en donde comenzó el sendero.

El problema es que eran casi las 7 de la tarde y tenía que caminar unos 6 o 7 kilómetros hasta poder tomar el bus interurbano que me iba a dejar de vuelta en Pza de Pte Alto. Los buses pasaban hasta las 9. Agradecí a Lady Prudencia, que me aconsejó no seguir avanzando por el sendero, aunque me tuviera que devolver toda la herradura hasta la entrada, tal vez awevonadamente. Imaginé que era la virgen.

Tenía que hacer dedo para bajar. Adivinen quienes me pararon. Los gringos sudados en su van.

Me contaron que eran miembros de una iglesia. "Ah, ya", respondí. Mormones, pensé. Mmm... tenemos ciertas diferencias...

Pero les agradecí cuando me dejaron directamente en la Pza de Puente Alto, lugar en donde tomé el metro, que en 1 hora más me dejó en Cumming, mi territorio.

Y aquí me tienen, contándoles mi historia, mientras veo el primer capítulo de "Twin Peaks" que a todo esto dura 1 hora y media...

1 comentario:

Eliana dijo...

Ayer hicimos parte de ese sendero con mi novio y un primo suyo; me sentí muy identificada con lo que cuentas; nosotros también nos volvimos poco después del km. 6, donde empieza una cuesta empinada, casi sin vegetación. En un momento no hay más sendero; lo buscamos aquí y allá, bajando, subiendo, pero no lo encontramos. Evaluando que la zona no era muy segura por la pendiente y lo fácil de resbalar con las piedritas, que no había ni un cartel ni nada que indicara por dónde, que en un par de horas se iría el sol y que no teníamos brújula...decidimos desandar el camino.

En la entrada ni siquiera tienen mapas de los senderos para darte (ahora cobran 3.000, no sé que harán con la $ pero imprimir folletos seguro que no). El guardaparques (o algo así) no nos dio ninguna indicación (yo creo que estos tipos ni siquiera recorren los senderos con la debida frecuencia para saber cómo están), sólo que lleváramos suficiente agua porque la mayoría es los afluentes estaban secos. Encontramos agua en una bajada, alrededor del km. 4 del sendero, pero de no ser por eso...nos salvó esa cascadita. Otra cosa curiosa es que el tipo nos dijo que no había ningún cartel indicando el Sendero de los Bueyes ...sólo dijo que más adelante íbamos a encontrar un mapa con todos los senderos (y por supuesto que éste no estaba ahí). Supusimos que el acceso era por un camino marcado con el cartel “Sendero de Chile”. El cartel también decía “prohibido pasar” (?). Si ése era el acceso al sendero (como verificamos más adelante), por qué el tipo no nos dijo que buscáramos el cartel que decía Sendero de Chile? Y si estaba inhabilitado, como se podía pensar al leer el cartel, nuevamente, por qué no nos dijo nada al respecto?

A lo largo del camino encontramos un par de puentes caídos; pero como igualmente se podía pasar por piedras y troncos y el sendero seguía clarito del otro lado, seguimos...ahora, cuando desapareció el sendero, pensamos que quizás por eso estaba clausurado. Hubiera sido genial que, ya que el sendero desaparecía, al menos pusieran un cartel indicando hacia dónde (uno viene subiendo una ladera empinada y no tiene mucho modo de saber por dónde sigue).

Otra cosa que pienso es que uno se puede perder tranquilamente ahí adentro que nadie te va a ir a buscar...si ni siquiera el nombre te piden para registrarte o algo, sólo te cobran y ya. Cuando llegamos a la entrada eran las 19:40, el guardaparques se habría ido a la casa seguramente; nos abrió un tipo que sería de mantenimiento o algo así...y como éramos los últimos en salir, nos tocó caminar los 4 o 5 km. de vuelta hasta el paradero de la micro a Puente Alto. Creo que tomamos la última...

En fin, la experiencia igual fue bonita; no gracias a los de la reserva, precisamente, sino a la belleza del paisaje de la quebrada. Parece como que todo está armado para la gente que va en auto a pasar el día y caminar a lo sumo media horita por los senderos cortos autoguiados...pero no para los que queremos hacer senderismo.